jueves, 21 de abril de 2011

Visitas I

Hola.
Hoy llega mi segunda visita: mi primo Gustavo, y Carmina, su mujer. Llegarán tarde por la noche y pasarán el fin de semana aquí. El domingo marchan a Nueva York donde pasarán otra semana más. Tengo ilusión por verlos y enseñarles todo por aquí. Espero que lo pasaremos bien.

Antes de que lleguen ellos, he tenido unos días de vacaciones. En abril nos dan una semanita, y el martes aproveché para visitar un museo en Boston que aún no había visto: el Isabella Gardner Museum, una rica heredera que invirtió su fortuna en cuadros y acabó convirtiendo su casa en museo. Todas las que se llaman Isabella tienen la entrada gratis. La casa tiene un patio espectacularmente bonito en el medio. Todas las habitaciones tienen grandes ventanas y balcones con vistas al jardín. Los colores más destacados, aparte del verde de la hierba, eran el morado y el naranja. Me encantó.

En el museo robaron varias piezas hace años y aún conservan el espacio vacío donde esa pintura o dibujo solía estar. No es un museo grandísimo, pero tiene las paredes llenitas de obras. El que más me gustó fue un autorretrato de Rembrandt cuando era joven.

También aproveché para asistir a un evento organizado por el grupo "Europeans in Boston", a los que por no vivir en Boston capital, pues no tengo ocasión normalmente. Era simplemente reunirse en un bar a tomar una copa, y conocer gente. Fue agradable, lo pasé bien. Estuve charlando con unos pocos españoles, pero claro, la variedad de países de origen de los que había allí era tremenda.

El lunes me fui con Ana de compras. Ella necesitaba unas cosas para la casa, las dos algo de comida, y yo un ordenador nuevo. Y con él escribo estas palabras ahora mismo. Es superligero. Me encanta. Por fin me he decidido. Le iba rondando a la idea desde hace por lo menos un año, y este lunes fue el día definitivo. Estoy contenta, pero aún no he tenido tiempo de usarlo mucho. Tiempo al tiempo.


Por lo demás, pues he estado aprovechando los días para descansar y tomármelo con calma. Ayer cociné mucho para tener "reservas" para las comidas de la semana que viene.

Por cierto, que eso me recuerda que en este colegio ya han estado recortando personal, y el departamento definitivamente más afectado es el de idiomas. En principio la idea es eliminarlo. Pero como eso no puede ser porque los idiomas eran el motivo principal de la creación de este colegio, de alguna manera lo que harían sería dejar un mínimo imprescindible cambiándole el nombre: sería como dar "cultura", algo que englobe a todos los orígenes de los niños. No sé. No lo tienen claro ni ellos. En cualquier caso, estoy buscando trabajo en otros sitios, pero no es fácil porque no tengo el curriculum o la experiencia que buscan. En uno ya me han dicho que no. Y creo que no se me dan bien las entrevistas, así que puede que me veáis en España bien pronto. Estoy haciendo arreglos mentales de momento a ver cómo me las apañaré
para dejar todo listo para el 30 de junio que tengo el vuelo...

Si efectivamente esto se me acaba, voy a tener un mes de junio de locura: damos clase hasta el 29, y además de arreglar todo en cuanto a contratos, facturas y demás papeleo, tendría que deshacerme de todo lo de la casa y dejarla vacía, y hacer las maletas habiendo antes enviado por correo lo que no me cupiera, o tirado lo que no me quisiera llevar. Mejor no pensarlo aún.

De momento, sigo disfrutando de las visitas que me llegan. Además de la que os cuento que llega esta noche, Claire, como también ya anticipé, estuvo aquí hace una semana y pico, con su hermana y sus tíos. Ella y su hermana se alojaron en mi casa. Me encantan las visitas porque, aparte de estar acompañada y ver de nuevo a alguien que hace mucho que no lo veías, aprovecho para ver cosas nuevas. Con ellos hicimos dos excursiones: una a Newport, en el estado de Rhode Island, y la otra a Plymouth, un poco más al sur de Boston, aparte de Boston y Lowell, claro está.

Newport es muy bonito. Da al océano y tiene algunas vistas preciosas. Tiene casas aún muy antiguas. Allí está la que dicen que es la sinagoga más antigua de América, y también la taberna más antigua que ha estado en funcionamiento sin parar. Allí decidimos parar a comer. Sólo servían el menú, pero las porciones eran perfectas de tamaño, y además sabrosísimas. Lo más curioso fue el postre: un sorbete de limón o ¡¡¡helado de aceite de oliva!!!

En la foto, Claire con su hermana y sus tíos:
Ésta es la fachada de la taberna:
La calle que pasaba por delante del océano era la avenida de la Copa América. Las vistas eran espectaculares.

Para la excursión de Plymouth decidimos que era más conveniente alquilar un coche. Por primera vez desde que llegué a los Estados Unidos, conduje. Puede parecer una tontería, pero el hecho de haber estado aquí durante casi dos años sin coger un coche, al final te da la sensación de que no sabes, le tienes respeto al tema. Así que para mí fue tranquilizador darme cuenta de que podía hacerlo y de que no tenía ningún problema con ello.

A Plymouth llegaron aquellos primeros peregrinos en el Mayflower, y acabaron estableciéndose y conviviendo con las tribus nativas. De esto ya hablé cuando fui a Provincetown, en Cape Cod, porque allí es donde realmente tomaron tierra por primera vez, aunque fuera temporal, para luego desembarcar definitivamente en otro lugar.

En el puerto tienen una réplica del barco:


Y precisamente por esa historia han montado una "plantación" en la que presentan un pueblecito como si fuera lo que había cuando estos peregrinos llegaron, e incluso hay personas vestidas de época y hablan como si fueran de ese tiempo. Fue curioso.



La vista desde la torre de lo que sería su iglesia o punto de reunión, en lo alto de la calle principal, era genial, con el océano al fondo.
Y también había una zona para los indígenas. Ellos iban vestidos también como se supone que lo hacían antes, pero hablaban normalmente, explicándote cosas sobre su tribu. Fue también muy interesante.
En esta foto están haciendo una canoa quemando el interior del tronco poquito a poco.
Dentro de esta cabaña otro indio Wampanoag, la tribu que vivía en esta región, nos explicaba todo tipo de cosas relacionadas con su cultura, su forma de vida, etc. Abajo se ven imágenes de la cabaña por dentro y por fuera, y un muñeco con el que jugaban los niños.



Y por supuesto estuvimos en Boston, visitando los lugares más significativos, paseando por las calles, y disfrutando de las vistas.

Mónica se nos unió uno de los días, y juntos visitamos otro barco, el US Constitution, en Charlestown.

Y por último, uno de los días Claire y yo pudimos disfrutar de un partido de hockey en una de las primeras filas, gracias a aquellas entradas que me tocaron hace meses en la rifa que se celebró en la cena que se organizó para los profesores del colegio. Fue un espectáculo y lo pasamos de maravilla.


El martes regresaron a casa, y yo tuve unos días ajetreadísimos en el colegio poniendo notas y dejando todo listo antes de las vacaciones de primavera, como llaman aquí a la semana que nos dan en abril.

Todo esto lo escribo ya varias semanas después, no el día que lo empecé, así que la frase del principio queda anticuada, pero más vale tarde que nunca, ¿no?
Ahora voy a ponerme con la siguiente entrada, ¡que ya lleva retraso también!