sábado, 16 de enero de 2010

Los MCAS, y un fin de semana corriente

Hola a todos:
Hoy toca poneros al día de mis andanzas de la semana, así que vamos a ello.

Primero os hablaré de la escuela:
He tenido menos clases esta semana, porque han estado haciendo de martes a jueves una especie de “entrenamiento” para los exámenes finales, que son externos (los MCAS de los que ya os hablé). Se pasaron los tres días haciendo exámenes, pero las notas que saquen son sólo para ver cómo van de nivel, y a la vista de los resultados, pues prepararles para los de verdad. Eso significa que me he perdido las clases de la mañana estos tres días, aunque teníamos que estar pasándonos de cuando en cuando por las aulas a ver si los profesores necesitaban salir al baño o a alguna otra cosa. Aunque parezca que era algo bueno, porque te libras de dar alguna clase, al final estábamos cansados porque uno necesita su rutina, y como tampoco estábamos libres trabajando en nuestras propias aulas sino que teníamos que estar en algún lugar cerca de la que te han asignado y salir a cada media hora a ver si algún profesor necesita tiempo libre, pues no aprovechas el tiempo y te cansas más que cuando haces lo de siempre. Pero lo bueno es que he pasado más tiempo charlando con Rosa y con Sara, y eso ha estado bien.

La profesora de 7º me dijo el viernes cuando aparecí por la clase que los alumnos me habían echado de menos. No, si ya verás, acabarán cayéndome bien y todo… Ese día, como era ya el último de la semana y estaban cansados de los exámenes de los días de antes, les puse otro trozo de la película que empezamos la semana de antes. Pero para ponerla en español y que pudieran leer los subtítulos en inglés y la entendieran, en vez de en la tele, donde se ve muy pequeño, se lo puse a través del ordenador, con un cañón, en pantalla grande, y con altavoces y todo. Como en el cine. Y la película está muy bien para ellos: “Holes” de Disney. La descubrí hace poco. Cuando la tuve que parar, los que ya la conocían empezaron: “¡Oh, no, si ahora viene cuando pasa esto y esto otro!” contándoselo a los demás. El próximo viernes la acabamos.

Pero todas estas cosas las puedo hacer porque me siento a gusto en el aula, y eso ayuda mucho. Allí tengo mesa para dejar mis cosas, tengo el proyector de transparencias siempre puesto y listo, con lo que las uso porque me resulta cómodo, y la profesora me apoya y me cae muy bien. En las otras aulas apenas tengo sitio para mis cosas, a veces una banqueta, y todo está más complicado de conseguir, así que acabo no poniéndoles películas ni transparencias ni casi nada. Si yo tuviera mi propia aula, lo tendría todo diseñado para poder usar todo esto, y me iría mejor. Lo malo es que en España, cuando vuelva, tampoco tendré mi aula y otra vez tendré que ir arrastrando el reproductor de cd y los libros cada hora, y por todo el jaleo que se monta dejaré de poner vídeos con el cañón o de usar las transparencias… Suena pesimista, pero me doy cuenta de lo importante que es tener un aula propia. Tendría todo el material preparado para que hagan proyectos… En fin.

Me voy del tema principal: las clases de la semana.
Con los más pequeños seguí dando clase con normalidad todos los días. Con 1º y Kinder me fue muy bien esta semana. Les he enseñado las vocales, y para eso les llevaba una ficha cada día con una de las vocales y con dibujos alrededor para colorear con palabras que empezaban por esa vocal. Pero eso era para el final de la clase. Al principio, les hacía ejercicios orales divertidos para que repitieran las cinco vocales juntas, y luego cantábamos una canción de un CD que se llama “Pasito a pasito”. Los de mi casa saben cómo son esas canciones, porque teníamos el disco de pequeños y nos encantaba, y pensando en él, me compré el CD estas navidades. Las canciones son muy sencillas pero muy bonitas, y las voces son de niños. Esta canción en particular, dice las distintas cosas que podemos hacer con la boca: “con la boca decimos las palabras bonitas; con la boca comemos las comidas más ricas; con la boca reímos – nos encanta la risa;” etc. Y luego sigue con las vocales: a, a, a – para papá, e – e – e para bebé, i – i – i para Mimí, ... hasta la u. Yo he cambiado algunas palabras. El caso es que les ha súper-encantado esta canción. La he puesto toda la semana y no se cansaban. Se lo he pasado a Rosa y Sara (en la foto del blog aparece “Zarak” pero la llamamos Sara) para que se lo copien porque les ha gustado también mucho. Yo los ponía en un corro y hacíamos todos los gestos, y luego para las vocales saltaban abriendo las piernas o levantando los brazos como simulando ser esa vocal. Incluso luego, mientras pintaban, les ponía la música de fondo y ellos seguían cantando y haciendo los gestos. Ha sido un éxito y estoy muy contenta por ello. Hice vídeos. Los pasaré por email a la familia…

La clase de 4º es la última del día y la peor. Son todos buenos niños, pero juntos sacan lo peor de cada uno. Un día hablé con la profesora al final de la clase cuando ya se habían ido, y me dijo que a ella también le faltan al respeto. Son una clase muy difícil, no sólo conmigo. Pero yo, encima, los tengo a la peor hora. Es una pena.

En el aula de Rafael, que a la postre es como la mía porque es donde trabajo y tengo mis cosas, he conseguido que vengan a poner unas banderas que hace tiempo que estaban por colgar. Pero vinieron cuando yo no estaba, y no encontraron la de España, que la tenía en mi cajón. Sammy que quiso darme una sorpresa, y no salió bien la cosa. Así que falta ésa, y hasta que no la pongan no os enseño cómo ha quedado. No es por nada, pero la de España va a ser la más bonita. Tiene unos colores llamativos y preciosos. Las otras son muy sosas: todas con azul, rojo y blanco, combinado de formas distintas. No destacan. No, la mía la mejor. (¿Alguien nota un pelín de patriotismo eufórico exagerado en este párrafo…? Pero se entiende, ¿no? La lejanía es lo que tiene...)

Bueno, esto es todo del colegio. Un día me haré una foto para que me veáis cómo voy cada día al colegio: la cazadora que me compré la semana pasada es súper-calentita, y llevo las manoplas que os conté que me traería de España, que me las trajo mi padre de un viaje de Rusia hace muchísimos años, y que son mucho más calentitas que unos simples guantes de lana. Eso, más la bufanda, el gorro, y mi bolso con la comida del día, estoy la mar de mona y de “apañá”.

Está haciendo frío, la verdad. Lo que pasa es que uno sólo lo nota cuando va de camino entre un sitio y otro, porque luego ya os he contado que dentro de los edificios la calefacción está altísima y si te pones un jersey muy gordo te asas. Yo no me pongo jerseys aquí. El miércoles, que iba a ir a Boston, me puse unos pantalones debajo de los de calle, como si fueran una camiseta interior, pero en pantalones. Quería probar. Pero no sé si me hicieron gran efecto, y no estoy acostumbrada. Creo que no los usaré mucho. Así que frío sí, pero nevar no nieva. Aún, por el helor, quedan montones de nieve acumulados a los lados de las calles. Ya sucia. Pero no cae más… Yo que quería que nevara sin parar hasta hartarme… Pero se está haciendo de desear.

El miércoles, como digo, estuve en Boston. Fui a despedirme de Noelia, la chica que estaba en el centro de recursos de español. Se deja la beca, porque verdaderamente estaba en unas condiciones pésimas y creo que ha hecho lo mejor. Estuvimos tomándonos un chocolate calentito mientras ella me contaba todo por lo que ha pasado, y no es poco. La echaré de menos, porque aunque vivía en Boston, sé que hubiéramos quedado más veces y habríamos hecho cosas juntas.

Y en cuanto al fin de semana, pues lo siento pero no tengo nada interesante que contaros. Pero es que todas las semanas no puede uno estar haciendo extraordinarios, ¿no? Me he acordado de un chiste del programa ése que no sé si todavía hacen en Canal 9, “Socarrats”, en el que una chica acababa montando una fiesta en su casa porque necesitaba colgar fotos en Facebook como fuera para que se notara que tenía una vida social interesante. Porque claro, ella veía a tantos que contaban todas las cosas estupendas que hacían, y ella tenía una vida tan monótona, que la deprimía. Bueno, pues yo quería ver si me salía algún plan este fin de semana para podéroslo contar, pero no, oigan, nada. Se siente.

Sólo os puedo adelantar que el lunes es fiesta aquí (el día de Martin Luther King), y que ese día el gimnasio ofrece masajes gratis. Y allá que voy yo. Además, ya me ha confirmado Phil que ha conseguido entradas para el partido de los Lakers contra los Celtics para el 31 de enero. Y por último, algún día quedaré con una mujer que se llama María, y que parece que vive no lejos de aquí, que es española. Me descubrió ella a través del sistema éste de Iberia-Boston del que os hablé una vez, y se puso en contacto conmigo.

Hoy sólo he salido a hacer tres recados:
-Recoger unos papeles a correos para hacer la declaración de la renta aquí, porque claro, la voy a tener que hacer doble esta vez –a ver si me aclaro.

-Al banco para que me cambien el nombre. Sí, hijos, sí. Pese a mis buenas intenciones de dar sólo el nombre corto “Amparo Miró” para no liar al personal, veo que lo mejor es dar mi nombre completo a todos para evitarme follones legales, porque como en el pasaporte figura el nombre completo “María Amparo” y los dos apellidos, pues ellos se fijan en eso y por mucho que les expliques no hay manera. Así que a partir de ahora, mi nombre va a ser María, y voy a tener un nombre segundo, que será Amparo, pero figura sólo la inicial. Los apellidos los uno con un guión, y chimpún.

-Y al supermercado. Ahí he caído en las dos tentaciones que tengo: me he comprado un par de plantitas más (unas margaritas para mi repisa junto a la ventana, y una orquídea para la bancada de la cocina), y una revista de cotilleos para la tarde del sábado aquí en casa. Por supuesto, una semana más, Jennifer Aniston en la portada. Es fija. Para poneros al corriente, que sepáis que ahora resulta que quiere adoptar un niño y se lleva estupendamente con Brad Pitt, y éste le está dando consejos para que sepa cómo llevar adelante el proceso de adopción. Bueno, pues ahora Angelina Jolie está que trina porque ella le ha regalado algo a él, agradeciéndole las atenciones y, claro, eso le ha sentado fatal, y lo llamó a su trabajo y todo. No veas. Está claro que en estas revistas, Jennifer Aniston sigue cayendo de maravilla y a Angelina no se la tragan. Y yo encantada de que me lo cuenten, oyes.

Voy a cenar, que ya va siendo hora. Los fines de semana me vuelvo a acoplar al horario español: he comido a las 2, he merendado, y ahora que voy a cenar ¡¡¡son casi las 9!!!

Besos a todos mis asiduos lectores. Hasta la próxima.