domingo, 18 de abril de 2010

Decisiones tomadas

Saludos, mis apreciados lectores:
(Por variar el saludo, que siempre empezaba igual…)
Ya os conté que esta semana iba a ser decisiva en el colegio. Y así ha sido. Ha habido mucho, mucho de qué hablar. Yo me quedo. Lo digo para no teneros en ascuas. Pero he tenido una mezcla de sentimientos, por la tristeza de todos los que se van, que son muchos. Esto ha sido una escabechina.

Hasta el miércoles, iban llamando a gente a cualquier hora para ir a “entrevistarse” sin previo aviso la mayoría, y cuando llegabas te decían rápidamente si te podías quedar otro año o no. Si era que no, te salías de la reunión con una carpetita morada con los papeles del finiquito. Si era que sí, no te daban nada más que la buena noticia.

Aparte del hecho de que si te despedían tenías que volver a tu clase con la “carpetita morada” de manera que todo el mundo con el que te cruzabas por el camino ya sabía cuál había sido la conclusión de tu entrevista, el criterio que han seguido para decidir quién se queda y quién no, ha causado mucho malestar. En algunos casos está claro que había que reducir el porcentaje de profesores y al que le toca le toca (se siente) por ser más nuevo o por ser poco eficiente. Pero en otros casos, el criterio es más cuestionable: que despidan a todos los profesores de 4º grado, porque los resultados de los Mcas han sido bajos, no me parece justo. Todos los profesores no son malos. Lo que pasa es que los niños han llegado a 4º ya con un nivel muy bajo, y en pocos meses uno no puede hacer milagros. Si aún no se saben las tablas de multiplicar con soltura en 7º, es obvio que los Mcas van a salir fatal. Pero ¿hasta qué punto son los profesores de este año responsables de estos resultados? Ya se veía venir de observar a estos mismos grupos en años anteriores, y venían teniendo malos resultados de antes. ¿Eso no lo ven? Pero claro, uno siempre ve la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio. Y la administración echa la culpa sólo a los profesores. Ha habido profesores nuevos que no han recibido ningún tipo de apoyo cuando han llegado, y si uno no les explica cómo funcionan aquí las cosas o te tocan grupos complicados, pues es difícil demostrar si se es válido o no. Si a uno le dan el grupo de nivel más bajo de todos los del mismo grado, pues claro que los resultados van a ser malos. Es de cajón.

Yo misma lo pasé fatal al principio. Estaba perdidísima. Llegas nueva a un país, y de un día para otro te dicen que des clase a niños de preescolar, 1º, 4º, 5º, 6º y 7º. A todos en el mismo día, todos los días. A niños tan pequeños no había dado clase jamás. A los mayores sí, pero no de español, claro. Los pequeños no tienen libros ni nada. Búscate la vida. Los mayores tienen libro, pero no hay para todos. Y están acostumbrados a no seguirlo, vaya, porque aquí hay que pasárselo bien, y hay que hacer juegos y cosas divertidas. Y empiezas ya. Y no tienes aula propia. Te sientes observada y juzgada por los profesores de la propia aula, que allí están, mientras tú das clase. ¿Normas de disciplina del colegio? Ni idea. No existen prácticamente. Y mientras, viviendo en casa de otra persona, buscando piso, rellenando documentos necesarios, abriendo cuenta en el banco, sin tiempo para preparar las clases… Ahora que lo pienso, no sé cómo sigo aquí.

En una de las entrevistas, le dijeron a una chica: "You have been a nasty teacher" (nasty = asquerosa, desagradable, mala, antipática...). A lo que la otra le contestó "You have been a nasty administrator!" Nada más cierto y más real (lo segundo, digo). Pero claro, la conversación subió de tono, y se dijeron más cosas -arrastraban asuntos de tiempo atrás, y según tengo entendido van a marcar el expediente de esta chica por haber hablado mal, y ella va a poner una denuncia porque la que empezó fue la otra. ¿Se nota el ambiente que se respira?

Pero vaya, eso son casos contados. En general hay un ambiente de decepción y malestar, pero controlado y se mantienen las formas.

Por otra parte, el director ejecutivo en funciones metió la pata el otro día (lo que faltaba), y en el periódico local salió una noticia en la que explicaban -resumiendo- que muchos profesores se iban porque eran incompetentes. No veas el revuelo. Claro que el hombre se disculpó y dijo que en los periódicos siempre malinterpretan las palabras de uno y que no lo dijo así. Pero el daño ya estaba hecho, y los profesores temen que ahora no les contraten en otros colegios por lo que se ha dicho de ellos.

En fin, en mi departamento se van Rosa y Zarak. Los demás nos quedamos. Pero era algo más previsible, y aunque no están contentas con las formas, lo tienen más asumido. Me da mucha pena por ellas. Han tenido muy mala suerte con los grupos y han trabajado duro poniendo muchas ganas. Pero no han tenido ningún apoyo cuando han habido problemas. En mi caso parece que vieron que he mejorado con el tiempo, que comprenden lo difícil que fue el comienzo por lo novedoso del sistema y todo, pero que ven un gran progreso. Además parece que les gustó que yo aceptaba el “feedback” que llaman aquí, es decir, que cuando me decían cómo mejorar y me daban consejos, los aceptaba y los seguía.

Así es que estoy contenta porque a uno siempre le alegra que le reconozcan el trabajo, pero también porque había decidido que quería quedarme un segundo año para completar la experiencia: sé que un año más me hará bien porque ya empezaré el curso sabiendo cómo funcionan las cosas, quiénes son todos y qué he de hacer. Tendré aula propia, y podré hacer las cosas a mi manera, y podré sentar unas bases claras en la clase desde el principio. Claro que no va a ser todo maravilloso, pero lo veré desde otra perspectiva. Además me servirá para seguir mejorando mi inglés, para visitar algo más de por aquí, y en fin, volverme después a España con una vivencia más definida y completa de lo que es la cultura americana.

Otros profesores no se esperaban la noticia y se lo han tomado peor. En principio han de seguir aquí hasta final de curso, y deben darse cuenta de que los niños no tienen nada que ver con esto y que deben hacerlo lo mejor posible por ellos. La mayoría así lo hará. Muchos incluso lo ven como algo positivo: esto hará que encuentren otro sitio mejor que este colegio, y a la larga será beneficioso. Pero algunos pocos no lo ven igual. La rabia y la frustración que tienen dentro puede más. Yo espero que esta semana de vacaciones les sirva para descansar, asimilar la situación y calmarse. Pero no sé lo que vamos a ver en los dos próximos meses.

Pero como digo, el problema sólo lo han visto en los profesores, y no son conscientes de que un profesor no puede él sólo hacer que un colegio funcione. Hay muchas más cosas detrás. Y los altos cargos no ven eso. Aquí no hay un plan de disciplina claro y eficaz, y si tienes alumnos problemáticos en la clase y no los puedes controlar, según ellos la culpa es sólo tuya porque no eres buen profesor. Y punto. ¡Qué bonito se ve todo desde fuera! Y si tienes tantas clases y niveles distintos que no tienes tiempo para preparártelas bien, también es culpa tuya, ¿no? Pues se ve que sí. Ellos no tienen culpa de nada. Claro, porque no hacen nada.

Aparte del sistema de contratos y despidos, esta semana me ha llamado la atención otra cosa de aquí: cómo funciona lo de los días libres. Cuando firmas el contrato, te avisan de que tienes 10 días que puedes faltar por enfermedad, pero de ésos diez, la mitad te los puedes coger por asuntos propios. Cada mes recibes con la nómina el recuento de días que sigues teniendo disponibles. Si no usas esos días, se te van acumulando cada año. Pues bien, el otro día recibimos un email diciendo que había profesores con gran necesidad de coger días del “banco de días por enfermedad”, y pedían voluntarios para “donar” sus días de permiso a favor de otros que tenían falta de ellos y no les quedaban. Verdaderamente, hay profesores muy enfermos – como esta señora de 7º que os comenté que tenía cáncer, y está faltando muchos días para ir a hacerse sesiones de quimio. Pues claro que esta gente necesita más de 10 días en todo un año. Si te coge algo gordo, ¿cómo no? Me parece bien que regulen lo de estos días para que no se abuse, pero imagino que los días por enfermedad serán por temas de enfermedades menores, como faltar un día porque te has quedado afónico o tienes fiebre… No sé bien cómo está la cosa, porque creo que el caso que comento y otros que hay más gordos, sí que estarán cubiertos y te darán tantos como necesites, porque no es posible de otra manera. Está claro que están plenamente justificados. He de averiguarlo bien. Yo, por si acaso, doné dos. No puedo dar más porque los propios los voy a agotar con este próximo viaje a España, y me quiero reservar otro par por si acaso me pongo mala yo misma, pero los que pude sí que los di. Para ello tuve que firmar un papel, y te dicen que no puedes elegir para quién van destinados.

Curioso, ¿o no?

Acabo contándoos un par de cosas más de esta semana del colegio, pero que no tienen ya nada que ver con lo anterior:

Los de primer grado tuvieron el viernes una fiesta en clase. Era la fiesta de “Fancy Nancy”. Resulta que estas semanas pasadas habían estado en clase leyendo cuentos de este personaje. Se trata de una niña que es un poco pija, pero en plan positivo. Va toda de rosa, y viste muy “chic”,” pero sobre todo, habla muy “chic”. Ella dice las cosas para que suenen la mar de bien, con mucha educación, y usa adjetivos muy rimbombantes. Así, con esa excusa, los niños ese día llevaban una pajarita y un sombrero de copa, y las niñas vestidos rosa y collares, y tenían que hablar como Fancy Nancy: “¿Podrías pasarme los coloretes, por favor?” Cuando me los crucé a media mañana por el colegio, antes de mi clase, una niña me dijo: “Oh, la la! You look “magnifique”!” ("¡Oh! ¡Tienes un aspecto magnífico!" -mitad en francés). En la clase, al final del día, habían preparado comida y todas las mesas tenían manteles y vasos de colores… Fue una idea genial y los niños se lo pasaron estupendamente, aparte de que aprendieron muchos adjetivos y formas correctas de decir las cosas.

A los de 6º grado he estado enseñándoles un poco de geografía e historia. Han estado aprendiendo dónde se habla español en el mundo, y hemos hecho un examen para que ubiquen a todos los países de habla hispana de América. Les enseñé una técnica para acordarse rápidamente, y de manera divertida. Hicimos uno que salió regular, pero les dije que lo íbamos a repetir y todos se entusiasmaron con el tema y estudiaron y sacaron unas notas formidables. Estoy muy orgullosa. Hasta gente que normalmente suspende y pasa de todo, con esto se picaron y muchos me sacaron notas altísimas. Creo que algo les quedará con el tiempo, y que no todo lo que están aprendiendo caerá en saco roto. Salió hasta el tema de Filipinas y Guam, y les conté la historia de cómo llegaron hasta allí y cómo aquello fue parte del imperio español, y lo complementamos con un texto sobre Felipe II que venía en el libro. Creo que fue lo bastante ameno y ligero para que siguieran la historia con interés, pero aprendiendo algunas notas básicas de la historia del español en el mundo. Me he sentido muy satisfecha con esta unidad. Menos mal que alguna cosa sale bien...

Bien, en cualquier caso, ahora tenemos unos días de relax. Nos vendrán bien a todos, independientemente de los que se quedan otro año y los que no. Yo descansaré también. En Washington. Me voy a conocer la capital del país. Dicen que hay mucho que ver y que me faltará tiempo. Al menos sé que no me lloverá. Intentaré aprovechar al máximo. Ya os contaré a la vuelta.

Estoy acabando esto ya en el tren de camino al aeropuerto. Me encanta cuando hay acceso wi-fi gratuito. ¡Qué pocas veces pasa eso!
Besos.