miércoles, 9 de septiembre de 2009

El colegio. Parte I


Hola a todos:
¡¡Tengo tantísimo que contar y tan poco tiempo!!
Han pasado muchas cosas estos dos días, y por eso tengo la sensación de que en realidad han pasado semanas desde la última vez que escribí.
Estoy cansadísima, porque aunque no lo quiera creer, sigo afectada por el jetlag: a las seis de la tarde estoy bostezando, y a las tres de la mañana con los ojos bien abiertos.
La jornada en el colegio es también agotadora. Pero es que al salir, hay que ponerse a hacer otras cosas, y llego tarde a la casa con tiempo sólo de cenar e ir a dormir.
Ayer me compré un móvil. Mañana iré a abrirme una cuenta en el banco, y por la tarde un chico me acompañará a ver pisos. Además seguramente me compraré un coche de segunda mano. Elvira envió un email a todo el colegio diciéndoles que yo había llegado y que estaba buscando esto y lo otro, y la verdad es que mucha gente ha respondido ofreciendo cosas: un hombre vino a verme para quedar conmigo en ver coches, que me harían un precio especial; otra señora va a cambiarse de casa, y me dejaría un montón de muebles a buen precio (porque parece que el piso que alquile está sin amueblar, que es lo más conveniente); y así muchos más. Y cuando me cruzo con cualquiera por los pasillos todos me paran para presentarse y saludarme y desearme lo mejor. Son muy majos.
Sigo en casa de Elvira. Ella prefería que me quedara y estaba feo que yo le dijera otra cosa, porque además así ella me puede acompañar a hacer todas estas gestiones. Pero por otro lado también tengo ganas de encontrar pronto mi espacio para deshacer las maletas y poder salir a comprar o qué sé yo. Hay que dejar que el tiempo siga su curso y se vaya aclarando todo poco a poco. Pero aquí en la casa ya casi no cabemos: está el matrimonio, Edwin -el chico que les ayuda- y yo. Han llegado su hermana, marido y niño que se van a mudar a este estado, y están buscando casa, y mientras tanto estarán también con nosotros. Y hoy me ha dicho ella que el viernes se quedarán dos gemelas, nietas suyas, a dormir. ¿Dónde? Yo no sé.
En fin, el colegio, que es a lo que iba:
El primer día fue bien. Estuve sólo en la mitad de las clases porque tenía otros asuntos que resolver, y las clases a las que fui estuvieron simpáticas porque básicamente me presenté y les hice que se presentaran ellos y cosas así. Les dije que era mi cumpleaños y me cantaron Cumpleaños feliz. Fue divertido. Me acompañaba otra profesora siempre.
Hoy ha sido otro mundo. Ya iba yo sola y hacía el horario completo. Doy 6 clases al día. Es el mismo horario los cinco días de la semana. Y doy clase a niños de 5 años, de 1º, 4º, 5º, 6º y 7º. Es decir, 6 niveles distintos, y algunos de los grupos, como veréis, de edades tremendamente bajas.
No tengo mi propia aula, porque el colegio no da para más. Hoy han decidido que van a partir la cafetería en dos para sacar una clase más. Así que yo voy vagando por las aulas de los demás profesores. Como las aulas son de cada profesor, ahí tienen su propio material, y a veces se quedan dentro mientras yo doy la clase porque están trabajando en sus cosas.
Además, no hay mesa del profesor delante de los pupitres de los alumnos. Tú estás de pie frente a ellos. Así que la mesa del profesor está en otro lado de la clase, y no tengo donde dejar mis libros. O lo llevo en la mano o tengo que cruzar la clase cada vez. No me gusta nada de nada eso.
Me había preparado las clases empezando la primera unidad del libro. Pero resulta que los niños no tienen libros!! No traían ni libreta muchos. Les he dicho que se traigan una. Eso fijo. Pero los libros los da el colegio. Problema: no hay para todos. En dos de los cursos, aún no creo que tenga
para nadie. Tengo que seguir averiguando a ver si consigo al menos uno para cada dos. Sino no sé cómo lo haré.
Empiezo la mañana con 3 clases seguidas sin descanso, y la verdad es que no he quedado muy satisfecha. Y viendo que hay tantas cosas que aún no sé cómo funcionan me sentía muy mal: por cómo son las cosas, cómo me salieron las clases, la disciplina de algunos alumnos o grupos y el no saber cómo puedo reaccionar ante ello... He bajado a la clase de Rafael, el que coordina las clases de español, y estaba también Ana, otra chica también del departamento. Y me he desahogado con ellos y les he dicho que me sentía fatal. La verdad es que se han portado muy bien conmigo y el resto del día ha ido mucho mejor. Ana me ha dejado lo que había preparado para su clase de primero, y lo he usado en ésta y la de 5 años. Y es que son tan pequeños!! No saben ni leer. Necesito mucha preparación para esas clases y yo no estoy formada para eso!!!
Ellos también se quejan de que no es fácil. Tenemos tantas clases que no hay tiempo para preparar bien las cosas.
Me ha dado un cuento sobre las palabras "grande" y "pequeño", y una bolsa llena de objetos similares, en tamaño grande y pequeño. Y no salió mal la cosa. Los de primero han resultado muy agradables. El caso es que todos son niños encantadores, pero uno ha de ir preparado para enseñarles cosas de provecho, y eso no es fácil. Los de 4º también me han gustado.
En fin, ya veis que hay mucho que contar. Lo haré poco a poco. Y conforme me sitúe veré las cosas mucho mejor.

La foto es del autobús típico que sale en las películas. Es tal cual. Hay un montón por cada escuela. Llevan una señal de stop en el lado izquierdo de la parte exterior, y si se extiende, los coches que pasan por el lado contrario de la carretera han de parar también.
Mañana, la segunda parte. Me ha quedado mucho pendiente.