domingo, 22 de noviembre de 2009

Fiesta de cumpleaños española

Saludos a todos mis fieles:
¿Cómo os va todo? Espero que bien.
Yo he tenido una semana pesada. Al menos al final. El viernes fue un mal día. Tuve una clase fatal con 4º, que es la última del día, y tuve que llamar a algunos padres, y me volví a casa sintiéndome triste, fatigada y de alguna manera desgastada. Pensé en escribir algo breve en el blog sólo por llenar la entrada semanal, pero no tenía ganas de contar nada. Me puse una película , y a las 9 ya la había visto, había cenado, y estaba lista para ir a la cama. Aguanté un poco, pero quería acabar el día pronto.

Pero todo pasa. Ayer tenía plan: las dos chicas españolas que están de profesoras visitantes en este estado, me invitaron a su cumpleaños. Aún no las conocía. No me apetecía nada ir porque eso significaba que la fiesta acabaría tarde y tendría que pasar la noche en su casa porque ya no hay trenes a esas horas, y eso a mí me da mucha pereza. Pero sabía que me interesaba ir, porque iba a conocer más gente, y una vez allí lo iba a pasar bien. Y así fue.

Había muchos españoles, pero también otros amigos americanos, un chico británico o una hondureña. Fue una noche muy, muy agradable, y lo pasé de maravilla conversando con todos. Hay muchos profesores, pero también gente que está estudiando en la universidad allí a la vez que realizando algún tipo de investigación con lo cual se cubren los gastos de los estudios. Me di cuenta de que todos los profesores visitantes estamos más o menos en las mismas condiciones: mucho trabajo –muchos niveles y muchas horas cada día. Lo que cambia es que algunos están en colegios de zonas más pudientes, y eso se nota en el comportamiento de los alumnos. Yo estoy en una zona más pobre, con lo que hay muchas familias desestructuradas o sencillamente con menos educación, menos cultura, y eso influye en que haya más problemas de disciplina. La familia no les ha proporcionado una buena base en ese sentido. Los que trabajan en colegios privados, precisamente porque a los padrs el colegio les cuesta mucho dinero, reciben muchos emails de ellos continuamente interesados y preguntando cómo les va a sus hijos. Todo eso luego se nota en el ambiente de la clase y en los resultados.

Pero el caso es que ya no me quejo tanto porque veo que estamos todos más o menos igual. (Ya sabéis: “Mal de muchos, consuelo de tontos”.) Una chica decía: “¡Ah!, ¿eres profesora visitante? No me digas más. Ya lo sé todo” (Lo de "profesora visitante" es porque el programa del Ministerio de Educación a través del que hemos venido se llama "Profesores visitantes en EE.UU. y Canadá). Había una que trabaja en Chicago que decía que su colegio es como los típicos que salen en las películas tipo “Mentes peligrosas” y así: 100% alumnos afro-americanos, o sea negros. Hay policías en el colegio porque hay muchas peleas. Están justo enfrente de la comisaría de policía, con lo que si pasa cualquier cosa, enseguida tienen 20 coches a la puerta. Los niños pasan cada día por un detector de metales, pero aun así consiguen pasar armas y de todo. Ya veis. En fin, fue curioso y a la vez útil conocer la situación de otros profesores en otros colegios. Tuve varias conversaciones interesantes. De momento se me ocurrió que a lo mejor envío mi curriculum al colegio británico de Boston para el año que viene. Tampoco pierdo nada… Pero sólo son ideas.

Me enteré de que hay un grupo que se llama Iberia –aún no he entrado y no sé bien cómo va– pero el caso es que te apuntas especificando la zona donde estás, en este caso “Iberia Boston” y ahí hay muchos españoles que viven en esta zona que están apuntados, y se aprovecha este foro para organizar cosas, quedar y conocer gente, comentar dudas, o cualquier cosa, y siempre con el punto en común de que son españoles viviendo allí. Puede resultar muy práctico. Existe algo parecido también para gente de otros países, o incluso para europeos. Claro que volvemos al tema de que yo estoy más lejos porque no vivo en Boston, y la mayoría está allí o en los alrededores, pero hay veces que se tarda más yendo en metro de una punta a otra de la ciudad que yendo en tren directamente como yo fui. En fin, voy a probar, porque creo que es una buena forma de conocer más gente y de enterarme de cosas, y a mí me vendrá bien.

Una de las chicas que había allí, la hondureña, de hecho, trabaja en Boston, pero vive en Dracut, que está cerquísima de aquí de Lowell. De hecho fue genial porque no tuve que quedarme a dormir allí, sino que me trajo de vuelta a casa en coche. La añadiré al Facebook, igual que a alguna que otra persona más, a ver si seguimos en contacto y hacemos más cosas juntos.

La fiesta fue lógicamente con comida y bebida “typical Spanish”: tortilla de patatas, pisto, chorizo, queso manchego, sangría… y otras cosas. Y la música también mayoritariamente española. Os paso el vídeo del momento de la tarta. La canción (aunque ya cogida a medias), muy apropiada para la ocasión, muy nuestra, muy hispana.


Si uno quiere se puede emocionar y todo. Nostalgia de la tierra.

Otra cosa es lo de los coches. Todo el mundo tiene coche aquí. Excepto yo. Claro que lo tuve en mente y estuve incluso mirando algunos al principio, pero ya sabéis que al final decidí que no me convenía por estar tan cerca del colegio: a 6 minutos andando desde casa, y no me interesa pagar coche, seguro, gasoil… sólo para salir alguna que otra vez los fines de semana o para ir a la compra. Para la compra voy a pie al supermercado, y vuelvo en taxi. Ya lo he hecho dos veces. Ayer fue una. Y va muy bien, oye. O aprovecho que va algún amigo o conocido, y mientras ellos hacen su compra yo hago la mía. Los amigos están para las ocasiones, ¿no dicen eso? Pues yo aprovecho. Así que de momento me va bien sin coche. El tren también es muy cómodo hasta Boston, y allí mismo cojo luego el metro para ir donde sea. Pero no deja de resultarles curioso a todos que yo no tenga coche, vaya. Lo normal para todo el mundo es tenerlo.

Un último apunte: cuando la gente te pregunta cuánto tiempo llevas viviendo aquí, en realidad lo que les interesa es saber si ya has pasado un invierno o aún no. Porque eso marca la diferencia: saber lo que es pasar un invierno aquí. Uno no sabe lo que eso significa hasta que no lo pasa. Sigo expectante. Pero se resiste a llegar. Las temperaturas son aún muy suaves.

En otro orden de cosas, aquí en la tele las únicas noticias son el tour de promoción del libro que ha escrito Sarah Palin y la entrevista que le hizo Oprah en la que no estaba claro si la mujer invitaría al padre del niño de su hija a la cena de Thanksgiving, y el hecho de que Oprah ha anunciado que el año que viene se retira ya definitivamente. Todo el día hablando de lo mismo en la tele. Y yo sin ver nunca un programa de Oprah… Pero es que son por la mañana…

El otro día hicieron un capítulo de CSI Miami en el que salía Pau Gasol actuando como artista invitado. Y habla muy bien el inglés. Estuvo gracioso. Pero lo mataron en seguida. Cachis.

Sigo yendo regularmente al gimnasio. Ya se me nota (no lo digo por el peso, que eso sigue igual, sino por el músculo, porque es lo que yo trabajo con las pesas). Así que estoy contenta. La chica que da la clase es majísima. Muy parlanchina. Hay buen ambiente y lo paso bien.

Y en cuanto al colegio, pues esta semana a los más pequeños les enseñé las partes de la cara, y aprovechamos para cantar “Mi barba tiene tres pelos”. Fue divertido. Lógicamente lo que más les gustaba era cuando no se podía decir “barba” o “pelos” y hacíamos un sonido todos a la vez. O cuando lo cantábamos muy rápido, muy rápido. Tengo el vídeo que hizo Miliki de dibujos con aquellas canciones de los payasos de toda la vida, y se lo puse primero para que lo aprendieran y vino muy bien. Y también les conté el cuento de Caperucita: “Abuelita, ¡qué ojos tan grandes tienes!” Ya os digo, son con los que mejor lo paso. Aunque hay 3 ó 4 en Kindergarten que son terribles. Pero bueno, no es lo de los mayores.

El jueves fue la entrega de notas, y venían los padres a por ellas. Cada uno había concertado cita con el profesor de aula (aquí los llaman Homeroom teachers) a una hora determinada, y así atendían a cada uno durante unos 15 minutos. Cualquier profesor que les da clase de otras asignaturas podía ir también, y yo elegí a los alumnos cuyos padres más me interesaba conocer para comentarles cómo iba su hijo. Fue positivo, yo creo, pero es curioso –y revelador– que muchos de los padres de los más problemáticos no se molestaron en concertar ninguna cita. Está claro: si les da igual los resultados que tenga su hijo, también les da igual cómo se comporta…

También salió ya elegido el director ejecutivo del colegio del año que viene: el mismo que está ahora. ¡Qué disgusto! Han elegido lo de “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Un desastre. El colegio no tiene remedio. Pero claro, los que votan no son los que sufren el día a día del colegio, sino los 11 señores mayores de la Junta Directiva que se reúnen de vez en cuando a ver cuánto dinero hemos conseguido para hacer funcionar la escuela. Que vale, eso es importante, pero hay muchas cosas que no van bien, y no nos gusta cómo las dirige él. Aparte de que es un señor asiático, y siempre beneficia –a veces injustamente– a los de su raza. Ejemplo: dejarme a mí sin aula cuando sí tenía una, para dársela a una profesora de Kmar (el otro idioma que se enseña aquí aparte del español – el de Camboya), cuando ellas tienen una miseria de alumnos. Y yo voy de aula en aula con grupos de unos 20 alumnos. Pues eso: mal. (Y por lo que he oído, ganó por 6 votos a 5. O sea, que tampoco es que se puede sentir muy respaldado que digamos).

Nos hicieron una foto a todos para que llevemos una tarjetita colgando para identificarnos. Qué rollo.

En fin, que cuando me vaya me va a dar mucha pena porque me siento a gusto aquí de verdad y hay muchas cosas buenas que me están pasando y estoy aprendiendo mucho y conociendo gente que luego voy a echar de menos, y todo eso, pero hay días en que me planteo seriamente si la idea que yo he llevado desde el principio de alargar esto un segundo año la cumpliré. En fin, el año es muy largo y puede pasar de todo. Y este curso sí que lo acabaré aquí a menos que algo gordo pase. Pero hay muchas cosas en el aire con respecto a lo que haré el próximo, y puede pasar de todo.

De momento el puente de Acción de gracias es ya la semana que viene, y el irme y desconectar de todo me va a venir de maravilla. No me llevaré el ordenador así que ya os lo contaré a la vuelta. Y luego empieza la cuenta atrás para la Navidad. 3 semanitas y media. Familia: esperadme que ya voy. Y ya les he escrito a las amigas para que busquen fecha para la comida o cena de la amiga misteriosa. Aquí en el piso me he comprado una flor de Pascua, por eso de ambientar un poco. Casi cada vez que voy de compras me llevo una macetita nueva:


Bueno, chavales, ahí os dejo. Ahora me voy primero a comer, que hoy me mimo -tengo unas gambitas preparadas. Y luego voy a ver si preparo las clases de la semana. Será corta, así que no os preocupéis por mí que pasará rápido. El martes varios grupos tienen control, y el miércoles haremos algo divertido, fácil, porque otra cosa sería imposible. Y me dará todo igual porque mi cabeza estará en la Gran Manzana.
Hasta la vuelta.
Un abrazo.