sábado, 24 de octubre de 2009

El resumen de la semana

Hola.
Esta mañana he estado de compras en un centro comercial en la ciudad de Nashua, en el estado de New Hampshire, que está muy cerquita de aquí. Mucha gente de Massachusetts, sobre todo de los pueblos del norte del estado, como Lowell, se van a hacer todas sus compras a New Hampshire porque allí no cobran impuestos. Cada estado tiene sus propias tasas, y cuando tú ves un precio aquí, no es el precio final, porque cuando vas a pagar y ves el ticket te acuerdas de que había que añadirle los impuestos... Así que Nashua es muy conocida aquí porque la gente va mucho a comprar, y hoy yo me he estrenado en ello. Por cierto que me he comprado de todo, y monísimo, oye. Me lo he pasado bomba. He ido con Phil, un chico que conocí en aquella fiesta que organizó un vecino al principio de mudarme a este piso. Él tenía que hacer sus propias compras, y he aprovechado el transporte. Originariamente su familia es de Jamaica, pero vivió en Canadá hasta que se vino a EE.UU. a estudiar. Es abogado y tiene su propio bufete. No le va nada mal, por lo que parece.


En el supermercado he comprado algunas cervezas, por tener algo en la nevera por si acaso. Aquí en Massachusetts no venden nada de alcohol en los supermercados. Hay que ir a tiendas especializadas. Así que no me he molestado. Ya iré a por alguna botella de vino algún día. El caso es que eso no pasa en NH. Y cuando he ido a pagar, la cajera me ha pedido un documento de identificación. Me ha extrañado, pero hay tantas cosas nuevas para mí que no me he parado a pensar. No llevaba más que el carné de conducir. Se lo ha quedado mirando un buen rato, y luego lo ha consultado con otro chico. Y después de un tiempo le pregunto a la mujer: ¿qué necesita saber? La veía tan confusa que quería ayudar... Como está en español, y además aparecen todos los datos juntos, sin que quede claro a qué corresponde cada apartado... Y al final le digo: ¿¿Es que lo está consultando por si tengo menos de 18 años?? ¡¡¡¡¡Y era por eso!!!!! ¡¡Vaya cumplido!! Cada vez que me acuerdo me entra la risa. Me he vuelto la mar de feliz. Vaya por Dios. Increíble que alguien pueda dudar de eso. ¡Con casi el doble que llevo ya! -bueno, menos de casi, no me voy a poner años yo sola, pero vaya, nada cerca de eso. Qué fuerte. Oye, me ha alegrado el día, la mujer.


En fin, voy a daros envidia: ayer estuve cenando en Boston. En uno de los edificios más altos de la ciudad, el Prudential Center (o el más alto... no sé). El observatorio está en el piso de abajo del restaurante. Y la mesa justo junto a la ventana. Unas vistas de la ciudad preciosas. Fue genial. Y antes de eso me llevaron a un bar que hay en lo que ahora es un hotel, pero que anteriormente fue una cárcel, y de alguna manera el estilo guarda recuerdos de aquello. Es un sitio de ésos que llegas en coche y te vienen a abrir la puerta, y les dejas el coche ahí y ellos se lo llevan al parking. Vamos, de lujo total. Lo pasé en grande. Me sentía la mar de importante.


Lástima no llevar cámara. Pero os añado unas fotos que he encontrado en internet.
El hotel Liberty. La entrada:


El bar del hotel, con rejas imitando la cárcel, y fotos de artistas con una placa delante creo que de cuando se metieron en líos y los ficharon. Me llevé un posavasos con la foto de Frank Sinatra bien jovencito.


El Prudential Center:

Vista de noche del edificio. Yo vi Boston más o menos así.


El restaurante del edificio:

En cuanto a la semana de clases, ha habido de todo, como siempre. Lo bueno fue que el viernes un alumno de 4º cumplía años y vino a buscarme a propósito a mi cuarto para darme un trozo de pastel. Qué gracia. Me encantó. Y estaba buenísimo, la verdad. De bizcocho de chocolate. Lo mejor de lo mejor. Y desde que un niño de 1º me dio un dibujo, ahora todos los días que llego a esa clase siempre hay algún niño con un dibujo o algo para mí. Así que ya no los guardo. Me he quedado con un par. Los de 1º son los mejores, menos uno que se llama Prince que está dando mucha guerra ya, y algunas niñas que quieren hacerse las interesantes saliéndose de lo que hacen todos los demás. Pero lo pasamos bien.

Es el punto positivo a un trabajo que sigue siendo demasiado agotador. Y existe el problema de la disciplina, que es una lucha constante. Hay días buenos, y días malos. Así es. El otro día estaba teniendo una clase la mar de buena con séptimo grado, hasta que llegaron unas cuantas que me revolucionaron toda la clase y me pusieron de mal humor. Un solo niño que entre a la clase con el pie torcido, y te lo fastidia todo. Se creen que con decir "excuse me" y "sorry" ya lo tienen todo arreglado, pero lo usan tan a menudo que pierde todo su significado.

Aquí hay cuatro trimestres, así que el primero está a punto de acabar. Pero el otro día me quejaba de la poca comunicación que hay en la escuela. Se envían cientos de emails todos los días, con la mala costumbre de hacerlo siempre a todo el personal de la escuela, así que me paso el día eliminando mensajes de la bandeja de entrada: que si voy a hacer un proyecto y necesito cajas de cereales, que si he encontrado un pendiente en tal baño, que si enhorabuena a fulanito que ha conseguido yo qué sé. Pero luego hay niños con problemas de hiperactividad, con una situación familiar especial, con un retraso que les hace necesitar más ayuda en clase... y no te enteras. Y lo peor es que cuando yo tenga que poner las notas, lo haré desde mi ordenador y ya está. No nos vamos a reunir nunca todos los profesores de esos niños a hablar de cada uno a ver cómo le va y porqué está sacando estos resultados y a ver qué se puede hacer. Eso me parece muy mal.

Hay cosas aquí que funcionan diferente a lo que yo conozco, y comprendo que cada uno es como es, pero algunas de ellas son ciertamente peores.

Y cuando hablo de esto, está claro que me refiero sólo a este colegio. No tiene porqué ser igual en todas partes. De hecho de algunas cosas también se quejan otros profesores porque no suceden en otros colegios donde han estado. Pero bueno, eso pasa siempre.

Y con respecto al tiempo, hoy ha llovido todo el día pero no hace demasiado frío. Está aguantando bastante bien. Estoy intentando aprenderme el equivalente de los grados Farenheit para saber qué quieren decir realmente cuando hablan del tiempo que hará mañana, porque claro, si no, es tontería verlo. Pero entre eso, las tallas de la ropa y los zapatos que no son ni parecidas a las europeas, las medidas que son en pies y en pulgadas, el peso que es en libras, la moneda, que no me acostumbro y siempre digo que son euros, las distancias, que son en millas... Es un lío que nada lo midan igual que nosotros. No me entero de nada. Muy mal.

Luego acostúmbrate a que aquí no hay pisos, sino apartamentos, no llevan "trousers" sino "pants", no se escribe "metre" ni "centre", sino "meter" y "center", y setenta mil cosas más. Y hay que ver lo importante que es pronunciar bien las vocales. Ya me han corregido varias veces la palabra "lift" -que por cierto debería decir "elevator"-, porque yo lo digo con "i" como la nuestra, y no, es una vocal distinta. (En inglés hay 12 sonidos distintos para las 5 vocales). Y si no es, no es, vaya. Y aunque uno lo sabe, siempre hay palabras que cuestan más.

Pero además, aparte de todo, apréndete los nombres de todos los alumnos. Ahora ya me los sé, pero aquí no es como en España que te dan listas de los niños con foto y el nombre debajo, no. No hay fotos. Así que pregúntale al niño cómo se llama, busca algo que se le parezca en tu listado, y acuérdate. Y si no lo pronuncias bien les sienta fatal. Te lo corrijen cada vez. O si notan que dudas los demás te ayudan: "Ella es Khaylana, y ella es Temilayo". Los niños negros, que hay un montón, son los que tienen los nombres más raros. Nombres africanos. Hay uno que se llama Osadiagbon. Gracias al cielo que hace que le llamen Ehud.

Mucho que recordar.

En noviembre iré a Boston a ver un concierto con la música de las películas de "La guerra de las galaxias". Lo hacen en plan show, con imágenes en pantallas gigantes mientras suena la música y todo. Ha de estar bien. Así que cuando lo vi anunciar en la tele pensé: "¿Por qué no? Hay que aprovechar". Y reservé las entradas. Ya os contaré. De momento me estoy viendo todas las películas que puedo para ir refrescando la memoria.

El otro día me regalaron unos cuantos portarretratos más. Tengo un montón. Y como la señora de los muebles me dio también una impresora a color y yo conseguí papel de fotos, me he imprimido muchas y tengo fotos por toda la casa: de la familia de todo tipo, de los compañeros de Pinoso y nuestras comidas juntos, de mis amigas del pueblo, de amigos varios de todas partes... de todo. Así que me acuerdo de todos.

Voy a ver qué ceno. Besos.