sábado, 9 de octubre de 2010

Un par de semanas tranquilas y corrientes

Hola chicos:
Estas dos semanas han sido muy tranquilitas, con lo que no hay mucho que contar. De todas maneras me apetecía escribir así que voy a ver qué se me ocurre.

No sé si os conté que hace un tiempo Ana y yo recibimos el material que habíamos pedido para nuestras clases: libros, juegos, pizarritas individuales para los niños, y un montón de cosas prácticas. Entre ellas, se nos ocurrió comprar un sombrero que tiene forma de pastel de cumpleaños y que tiene unas velas y todo, y dice “feliz cumpleaños”. También tenemos un póster en el que podemos escribir las fechas de cumpleaños de todos los niños. Así que cuando toca felicitar a alguno, le coloco el gorro que lleva puesto todo lo que dura la clase, le cantamos “cumpleaños feliz” en español, y le regalo una chapa que también pone “feliz cumpleaños”. Pero sólo vale cuando su cumpleaños cae en el día exacto que hay clase. Si cae sábado y tenemos clase viernes, ¡mala suerte! Es que sino me pasaría todos los días cantando la misma cancioncilla… En fin, se trata de hacerlo más ameno.

Pero el otro día fue el cumpleaños de un niño de 5º, y cuando íbamos a cantar, una niña me pidió que si se podía salir de clase, que en su religión no celebraban los cumpleaños. Yo ya había oído algo de esto el año pasado, así que estaba prevenida. Creo que son los Testigos de Jehová. Le dije que no cantara, pero dijo que sólo por estar presente estaría tomando parte en la “celebración”, así que ella, y otro niño, se quedaron fuera del aula durante el ratito que duró la canción y luego entraron y todo tan normal. El caso es que cuando todos estaban diciéndome su fecha de cumpleaños para rellenar el póster ése que mencioné antes, ellos sí dijeron su día como los demás. Lo que no pueden hacer es celebrarlo como si fuera motivo de fiesta.

Lo habré dicho ya, pero eso de que cada profesor tenga su propia aula es lo mejor del mundo. Es lo que más echaré de menos cuando vuelva a España. Para esto de las canciones, por ejemplo, como cantamos alguna todos los días al empezar y no siempre se acuerdan de la letra, pero no la puedo estar copiando en la pizarra cada vez, pues tengo varias opciones: o la tengo escrita en unas hojas grandes que tengo enrolladas como un póster y luego con imanes en un momento la despliego y la “pego” a la pizarra, o están escritas en una transparencia y enchufo el proyector que tengo fijo ahí preparado, bajo la pantalla, y ¡a cantar! Y eso vale para cualquier tipo de ejercicio que quiera hacer.

Ya llevamos mes y medio de clases. De momento no estoy teniendo problemas de disciplina, o son menores. Eso es fantástico. No sé si tiene que ver con cómo funciona ahora el colegio o qué, pero en cualquier caso es una maravilla. A ver si dura. En algunos casos también ayuda que los niños ya me conocen del año pasado y saben que yo no voy con bromas, y se controlan. Sobre todo algunos de 6º. Son un curso tremendo. Es el único curso del que me he librado de dar clase (doy de todo desde kinder a 5º), pero los tengo a la hora de la comida en una guardia. Hay que estar con ellos durante esa media hora y controlar que se comporten y que luego lo dejen todo limpio, y llevarlos a una especie de patio al final, para que jueguen y corran un rato. Eso si no llueve, claro. Y alguno se cree que porque es hora de comer puede pegar gritos y hacer lo que le dé la gana. Pero cuando me ven acercarme se frenan y se les acaba la tontería.

Otra cosa curiosa que se me ocurre contaros es que se recibieron en el colegio muchas banderas nuevas de Estados Unidos. En cada clase ha de haber una colgada. Y un profesor envió un email a todos diciendo que si habían recibido una bandera nueva y tenían la vieja para tirar, que él las podía recoger porque conocía a un grupo que se dedicaba a no sé qué cosa que sabría deshacerse de ellas dignamente. No vayas a tirar la bandera a la basura sin más. Eso sería una falta de respeto…

Aparte de las clases, los fines de semana han sido ya de lo más tranquilitos. Hoy he tenido a varias compañeras/excompañeras del cole en casa para un “facial”. Una de ellas ahora es representante de la marca Mary Kay y va por las casas vendiendo sus productos, así que nos ha hecho una demostración. Ha sido divertido.

Por cierto que cada vez que alguien viene de nuevo a mi apartamento se queda encantado con él. Y me encanta que me lo digan. La verdad es que he tenido mucha suerte y estoy súper-bien aquí. Aunque también digo siempre que el alquiler lo pago en consonancia… Creo que son unos 30 metros cuadrados, pero bien repartidos. Ojalá tuviera esta cocina en mi piso de Ibi. ¿Por qué las hacen tan pequeñas allí? Ésta es lujosamente amplia. Es un placer estar en ella. Y con lo que nos gusta a nosotros, en general –digo, a los españoles–, cocinar, no entiendo cómo no las hacemos igual.

Tengo tos. No me cuidé la garganta con el cambio de tiempo y pasó lo que tenía que pasar. He estado varios días en el colegio sin voz. Fatal. Pero lo vengo a contar porque como necesito un jarabe nuevo me he acordado de cómo va el tema de las medicinas aquí:

Como en tantísimos otros países, uno puede comprar las medicinas básicas en supermercados o droguerías: jarabes, aspirinas, antiinflamatorios… Son flojitos, pero la solución cuando uno necesita una dosis más alta es tomar un número más alto de pastillas y ya está. Pero los más fuertes no los venden si no es con receta. Lo que pasa es que uno va al médico y le dice qué medicina quiere, por eso el médico no es realmente el que decide la marca, y no existe el problema que hay en España con los proveedores. Aquí lo que hacen es anunciarlos por la tele para que la gente los conozca y los pida.

Pero hay veces que no quieres pagar consulta con el médico para que te dé una medicina que ya sabes que quieres. Eso le pasó a una compañera hispana hace un tiempo. Necesitaba algo, y no tenía receta. Dice que su madre es enfermera o algo así, así que entiende lo que necesita y le va bien para lo que padece (así me lo explicó cuando yo la advertí de lo peligroso de automedicarse, porque se trataba de antibióticos), y la forma de conseguirlos fue ir a algún tipo de tienda regentada por dominicanos, creo que dijo. Ella sabía que ahí venden medicinas sin receta si eres de confianza, así que les insistió en que ya la conocían (no se fiaban porque ella no es dominicana), que la habían visto muchas veces, venga, anda, no seas así…, y se la dieron. Pero normalmente sólo venden así a dominicanos. ¡¿Qué te pareix?!

Bueno, pues así os dejo por hoy. No hay fotos, y lo siento. Días de mucho, vísperas de poco, ya se sabe.
¡Hasta la próxima!