jueves, 1 de octubre de 2009

Unas palabras...

Hola a todos:
Sé que os he tenido muy abandonados esta semana, y lo siento. Pero no he parado. Además el informático se ha quedado mi portátil porque lo que tiene que hacer para arreglarlo se ve que es más complicado de lo que parecía, y estoy sin ordenador ni nada. Por las noches ya no puedo ver Friends, y hasta mañana no vienen los del cable a conectarme los canales de la tele e Internet, así que estoy yo solita conmigo misma de compañía. ¡¡Qué ganas tengo de poderme conectar a Internet en casa!!

El piso esta casi completo. El fin de semana le haré unas fotos y os las envío la semana que viene para que lo veáis. Se ha quedado muy completo. Para redondear necesitaría un sofá más, porque el salón se queda muy pelado con lo que tengo. Pero no me voy a quejar. Está muy bien todo y no me falta de nada. Ya lo veréis. Ya me he sentado en el sofá algún ratito y ayer me tapé con la mantita y todo y casi me quedo dormida.

En el colegio uno se mueve con más soltura, pero sigue siendo estresante tener tantas clases. He tenido algún que otro incidente con varios alumnos, pero el grupo más complicado, el de séptimo grado, el lunes ya por fin los separamos por niveles y me voy a deshacer de unos cuantos energúmenos. Claro esta que me caerán otros nuevos, pero de verdad doy gracias de librarme de una niña especialmente.

El pasado lunes no estuve en el colegio porque necesitaba arreglar unos papeles en Boston, así que aproveché para ir el domingo también y visitar la ciudad. Hice un tour en uno de esos autobuses que te hacen un recorrido por todo, pero tuve muy mala suerte con el tiempo: después de unos días fantásticos, ese día lo hizo de viento, frío y lluvia. Menos mal que iba metida en el autobús, por lo menos no me mojé... También visité un mercado, el Quincy Market, que tiene mucha vida y está curioso. Ahí es donde hay un bar como si fuera el de Cheers, y tiene fotos de los personajes de la serie y todo eso.

El lunes pude arreglar lo que necesitaba, y aproveché después para inscribirme en el Consulado español. Luego me dediqué a comprar alguna cosilla que necesitaba y que no es fácil conseguir en Lowell, y hasta me acabé llevando un ramito de flores, y en un supermercado conseguí una botella de un litro de aceite de oliva!!!! Aún no la he estrenado. La estoy reservando a ver con qué puedo usarlo mejor.

Se va muy bien en tren. Tarda 45 minutos, y allí en la misma estación se puede coger el metro y vas a cualquier parte. Es muy cómodo. Iré más veces y así voy visitando la ciudad a trozos. Ya os pasaré algunas de las fotos de Boston que hice esta vez. Ahora estoy en el colegio y no las puedo sacar, así que no tenéis ningún extra, pero quería escribiros algo porque hacía mucho tiempo desde mi ultima entrada.

Por eso de contaros algo que os pueda resultar más interesante, os diré que aquí empiezan las clases a las 8 de la mañana, pero el primer cuarto de hora no se dan clases. Cada alumno va a su aula. Entonces, desde el megáfono que se escucha por todo el colegio, se oye la voz de alguien que va dando las indicaciones: lo primero es la jura de bandera. Sí, sí, habéis leído bien. Tengo que buscar el texto. Rafael me lo recitó una vez. Y todos lo recitan a la vez de pie. Luego desde el megáfono dicen: "Podéis sentaros", y entonces se ponen a dar avisos o a informar de cosas que puedan ser importantes para ellos. Y a las 8.15 empieza la primera clase.

El otro día me quedé trabajando en mi mesa por la tarde-noche, y al día siguiente le conté a Rafael que allí por la pared me había parecido ver algo negro, peludo, no muy grande, correr de un lado a otro de la habitación. "Ah, sí, ¿es que tú no sabes? Tenemos un ratón aquí. Lo llamamos Pepe", me dijo con toda la naturalidad del mundo. Y ahí quedo la cosa. Aún no he visto a Pepe hoy, así que no se que será de su vida, pero mis ojos están al tanto de lo que pueda pasar. En cualquier caso el día que lo vi pasé el resto del tiempo con los pies encima de las patas de la silla.

Bueno, os dejo, que me empiezan a pesar los ojos. Me espera una sopita de tomate y no sé qué más, y a la cama, que mañana aún toca trabajar. Hoy me llevaré a casa las dos lámparas que me consiguió Elvira en un yard sale y que me van a venir de perlas. Tienen la pantalla verde, como el color de las paredes. Aconjuntado y todo, fíjate tú.
Hasta la vista.