domingo, 13 de septiembre de 2009

El colegio. Y parte III

Hoy el título está bien puesto. Los otros días quería hablaros de cosas sobre cómo funciona la escuela, pero he acabado contándoos cómo me va en las clases y otras cosas que creo que necesitaba decir antes porque eran temas que tenía yo más frescos en la cabeza.
Pero hoy sí os voy a hablar del colegio en sí:

Lo primero que he de decir es que el colegio está ocupando un edificio que antes era una fábrica. Aquí en Lowell hay mucha industria, y hay muchísimos edificios hechos de ladrillo rojo, y la zona del centro yo creo que está incluso protegida para que los edificios antiguos (para ellos algo muy muy antiguo es del siglo XVIII) se conserven tal cual. El caso es que el colegio es bastante raro. Al principio me pareció laberíntico. Ahora ya sé dónde estoy o a dónde he de ir cada vez, pero no hay un pasillo recto sino que es como si hubieran unido varios, y cada uno tenía el pasillo diferente y vas pasando zonas: ahora uno más estrecho con el suelo en tablas de madera, ahora uno de esta otra manera, y un poco más a la izquierda… Sólo hay dos plantas, así que es muy largo. En la planta baja están los de infantil. Hay de 4 y 5 años. Y luego hay una zona también en la planta baja pero no está conectada con este pasillo, que es donde está el gimnasio y las aulas de español, y donde tengo yo ahora mi mesa. Así que para llegar allí hay que subir arriba, cruzar varios pasillos, bajar abajo y por allí está. Divertido.

Cuando cualquiera entra al colegio, hay que firmar: hay una carpeta para profesores, otra para “visitors” y no sé si alguna más. Me suena que hay tres, pero no sé quién firmará en la otra. Hay que firmar al entrar y al salir, cada vez, incluso si sales del edificio a media mañana y vuelves otra vez. En realidad sólo es poner la hora y las iniciales. También en la entrada, detrás de las escaleras, hay dos o tres barras con ruedecitas con ropa colgada. En una dice que es para cosas que la gente puede haber perdido: bolsas, chaquetas… Las cuelgan ahí y si has perdido algo vas y lo buscas. La otra es ropa gratis que ofrecen por si a alguien le interesa, porque hay familias pobres allí.

En este colegio tienen un sistema curioso: para no perder clase, en el horario están previstos unos minutos que se pueden tardar en el cambio de clase o mientras los niños van a un aula o vuelven de otra, etc. Entonces ellos calculan que para eso se tardan unos 3 minutos. Así que mis clases son: de 9:00 a 9:45, de 9:48 a 10:33, y así. Y encima no suena nunca ningún timbre. Así que me tengo que pasar el día mirando el reloj a ver qué hora es, que no se me pase la clase… Es un lío. No me gusta nada eso. Echo de menos los timbres. Son tan prácticos…

Ni qué decir tiene que hay que ir bien vestido. Uno no debe llevar vaqueros, por ejemplo. Me he comprado ya un par de pantalones aquí, porque entre el límite de equipaje, los vaqueros que no puedo usar, y los que son demasiado calientes para esta época, no tenía más que uno o dos... Elvira mata el tiempo yendo de compras, así que ya he estado en varios sitios y he podido conseguir lo que necesitaba muy barato. Porque eso sí, ella sólo compra donde hay rebajas. Ahora todo lo que se está comprando son prendas de final de temporada, y se las guarda para el año que viene. Así todo le sale baratísimo. Y la verdad es que va siempre perfecta.

Ayer le pregunté que qué me recomendaba que me comprara para el frío. Y ella me dijo que antes de comprarme nada, que viera lo que me pudiera venir bien de su boutique. Su boutique es el ático que tiene lleno a rebosar de ropa, zapatos, bolsos... Aún no he estado, pero parece ser que no cabe un alfiler.

Volviendo al colegio:
Me llamó la atención que en todas las aulas hay un sacapuntas eléctrico. Y de cuando en cuando los alumnos se levantan: “¿puedo sacar punta a mi lápiz?” Y claro, está muy bien, pero alguno lo hace más por pasearse que otra cosa y se le acaba el lápiz en pocos días.

La calefacción aquí en todas partes va por debajo del suelo. No ves radiadores. Y en el colegio está muy fuerte. El caso es que teniendo la experiencia de cuando estuve en Escocia ya me lo temía, pero volví a caer en el error: me tenía que haber traído menos jerseys y más ropa fresca. Pero, ¿quién se lo podría imaginar? Cuanto más frío hace en un país, más fuerte ponen la calefacción. Yo los primeros días lo pasé fatal porque tenía mucho calor. Ahora voy con una camisita fina y se acabó, y porque no tengo mucho de manga corta, pero eso sería lo mejor. Hace falta un buen abrigo para salir, pero en cuanto entras a los edificios, ve quitándote que se acabó el frío. De todas maneras el frío aún no ha llegado. Está haciendo una temperatura muy normal. Lo único es que hace dos días que está lloviendo mucho.

Esto no tiene que ver con el colegio, pero como hay muchos hispanos me pasa cada día, que hablo con ellos y todos notamos las diferencias en el idioma: lo que más me llamó la atención es que algunos, no muchos, pronuncian “l” en vez de “r” en algunas palabras (aparte de decir “s” por “c”, pero con eso ya estamos más familiarizados). Por ejemplo: “le voy a desil que no venga” – “desil” por “decir”. Y así muchas más, a veces no al final de palabra sino a mitad. Pero sólo a veces, porque saben decir la “r”. “Le dio por reílse” (“reírse”). Es muy curioso. Y luego, claro está, el vocabulario. Muchas palabras en spanglish, por influencia inevitable de la convivencia de las dos lenguas simultáneamente: “esto es compulsorio” (del inglés “compulsory”, que quiere decir obligatorio) o “es un asunto controversial” (en vez de “controvertido”, por la forma inglesa “controversial”).

Y otra cosa que me ha llamado la atención aunque no tenga que ver con la escuela, es en el tema de la conducción. Me da la impresión de que aquí eso de ir todos por la derecha no les va. En la autopista hay tres carriles, y yo cojo el que me apetece. Si tú quieres adelantar, pues hazlo por otro que esté libre… No es que sea exagerado, porque sí que se respeta un poco, pero no es algo tan definido como a lo que nosotros estamos acostumbrados.

En fin, os dejo ya. Hoy es domingo y me van a llevar a un mercadillo donde parece ser que cada uno saca a la calle lo que sea que ya no le sirve, y puedes encontrar buenas ofertas. Creo que ya tengo apartamento, pero eso ya os lo cuento otro día. Le he dicho a Elvira que no me programe nada para hoy por la tarde que tengo que trabajar y preparar clases. Sino, está tan pendiente de mí que no me da ocasión para ello!!

Espero que en Ibi hayáis pasado buenas fiestas y que no haya llovido y que Esther saliera guapísima. Seguro que sí. Por favor, mandadme fotos. Quiero enseñárselas a la familia aquí también, así que si tenéis alguna de las escuadras completas, o de alguna así con perspectiva donde se vean varias escuadras bajando por la calle a la vez, o alguna así. Pero luego, para mí, fotos de vosotros, de todos, y de los niños. Y me contáis, ¿vale?

Posdata: Saginosa: ¿quién eres? Dame una pista o preséntate directamente. Tengo una intuición, pero no estoy segura. ¿Tienes un blog de cocina?

1 comentario:

  1. Tres cosas:
    1- Lo de que al tercer día ya sepas donde estás es fundamental. Yo tengo un montón de clientes que no lo saben ni después de vivir en las casas que les hago.
    2- El tercer libro para firmar es una especie de "libro de honor" para cuando vaya yo. Ya te digo, no te preocupes, ese es sólo para que firma yo.
    3- No puedo estar más de acuerdo contigo con lo del aviso sonoro. En los países menos desarrollados el ir a toque de pito nos va fenomenal, y eso los países más desarrollados también lo tendrían que probar.

    En el momento que tengamos, iremos mandando fotos.
    Recuerdos de todos. Vicente

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