Hola de nuevo:
Esta entrada será breve porque escribo mientras se me hace la hora de ir a recoger a Claire al aeropuerto (y la acabo al día siguiente mientras ella aún se recupera –durmiendo– del cansancio del viaje + jetlag). Ya os comenté que venía de visita, y estará aquí conmigo una semana. Así que hoy no tengo tiempo para muchos detalles.
Os comentaré brevemente que esta semana nos han ido llamando a todos para darnos el contrato para el año que viene. Ya lo he firmado. Así que ahora también tendré que firmar el contrato con el alquiler del piso para un año más. En el colegio todos estamos contando los días que nos quedan de clase. Son muy poquitos. Acabamos el 23 ó el 24 de junio. En el colegio sigue habiendo algo de tensión, sobre todo los que han visto el sueldo considerablemente reducido con un nuevo sistema que han impuesto. A mí me lo mantienen, o sea que bien.
Cuando ayer esperábamos en la estación, yo le contaba a Claire todo lo que está pasando en el colegio ahora y cómo han echado a mucha gente, y cómo están usando un nuevo criterio para los nuevos contratos, que suena muy bonito como excusa, pero que en el fondo sólo es para eliminar algunos sueldos desorbitados que existían. Una mujer que estaba sentada al otro lado del banco no pudo evitar meterse en la conversación, y sin esperarlo, de repente oigo que se dirigen a mí: “¿Y quién es el que decide eso? ¡Eso es una excusa para fastidiar!” No había sido consciente de lo jugosa que estaba siendo mi conversación hasta ese momento. Pero realmente todo lo que está pasando, como decía Claire, era como de película.
Aquí eso pasa muchas veces. Los americanos se meten en las conversaciones como si tal cosa. No me parece mal: para qué vamos a engañarnos: muchas veces estamos, inevitablemente, oyendo otras conversaciones, y acaban interesándonos. ¿Por qué no tomar partido? Siempre que entre dentro de los límites de la educación, claro está. Muchas veces son comentarios banales, sin más importancia. Pero es así: se meten en la conversación, y luego cada uno sigue su camino como si nada…
El otro día retransmitieron por la tele unos premios que yo no sabía que existían, o si los he oído mencionar no lo recuerdo. Son los “American Cinematheque Awards”, y parece que cada año se lo dan a una persona nada más. Este año el premio era para Matt Damon. Así que os podéis imaginar: una gala entera venga a hablar de la misma persona y de lo fabulosa que es… La verdad es que estuvo muy bien, he de decir, porque todos los que salían al escenario a hablar de él, porque eran amigos, o compañeros de reparto en alguna película, etc., hacían una intervención en plan humorístico, y la verdad es que sí tenían gracia. Me reí mucho.
Por lo visto, Matt Damon participa muy activamente con algunas ONGs, pero él tiene especial dedicación a conseguir que todos tengan acceso a agua potable. Por eso Ben Stiller salió diciendo que qué fuerte, que mucho colaboran con acciones humanitarias, pero Matt va y escoge “el agua”, un elemento, casi nada. Así que él mismo el año que viene elegiría el aire y el fuego, y así dominan el mundo los dos solos… Estuvo gracioso.
El viernes en el colegio hicieron una celebración africana. Después de los hispanos y los camboyanos, los de origen africano son otro grupo súper-numeroso de niños que tenemos, así que decidieron hacer algo por ellos también. A cada curso se le asignó un país, y tuvieron que hacer un póster hablando de él. Los niños de la clase vestían con los colores de esa bandera, e hicieron un desfile de banderas hasta el gimnasio. Allí había un escenario y hubo bailes y canciones y un presentador muy gracioso. También pusieron unas mesas con exposición de productos típicos africanos. Muchos niños aún han vivido en esos países y los conocen de primera mano, y hablan los idiomas locales, aunque dominan el inglés bastante bien porque también es lengua oficial.
Bueno, cuando escribo esto, Claire ya ha llegado. Vinimos tarde a casa porque los fines de semana hay pocos trenes y tuvimos que esperar mucho rato en la estación para el de las 8 de la tarde. Llegamos a casa sobre las 9. Claire está emocionada de estar aquí, y yo muy contenta también. Ya hay cosas que le han llamado la atención, como cuando ayer llegamos a la estación y fuimos directas a coger un taxi: mientras metíamos su maleta en el maletero, otras dos mujeres llegaron y una se sentó dentro, en el mismo taxi. Claire me dijo: “creo que ya no vamos a coger éste”. Y yo le dije: “Sí, es que aquí los comparten…” Y me quedo mirando a la mujer y le digo: “Nosotras también somos dos, ¿se sienta usted delante?”. “Ah, vale”. Y así llegamos a casa.
Hoy vamos a visitar Boston. Por supuesto. Mónica se viene con nosotras, así que hará de chófer y de guía. ¡Qué bueno! Me llevaré comida para hacer un picnic en algún parque. Voy a aprovechar para visitar un montón de cosas que aún no he visto yo misma de la ciudad. ¡¡No puede ser que pase más tiempo sin conocer Boston a fondo!!
Ya os lo contaré todo con más detalle la semana que viene.
Besos.
Pastel de 3 leches
Hace 4 meses